Los dilemas éticos de resucitar a los muertos con IA

En la era digital, la inteligencia artificial (IA) ha desencadenado un debate ético al revivir a personas fallecidas en contextos ficticios. La reciente campaña publicitaria de Volkswagen, que utilizó IA para recrear a la fallecida cantante Elis Regina, generó reacciones encontradas. Aunque algunos elogiaron la innovación, otros cuestionaron la ética de manipular la imagen de alguien ya fallecido.

El sociólogo Glauco Arbix, del Centro de Inteligencia Artificial de la Universidad de São Paulo, destaca la controversia en torno a los efectos psicológicos y los dilemas éticos que surgen al utilizar la IA para resucitar a los muertos. Arbix advierte sobre los riesgos de la falta de transparencia en el uso de esta tecnología, especialmente cuando implica desplazamiento espacial o atribución de declaraciones falsas a la persona retratada.

La campaña de Volkswagen no es un caso aislado. La tecnología de inteligencia artificial, conocida como deepfake, se ha utilizado en películas como "Rogue One: Una historia de Star Wars" y, más recientemente, en la creación de una nueva canción de los Beatles con la voz artificial de John Lennon.

Arbix señala que, aunque la tecnología puede tener aplicaciones positivas, como preservar recuerdos y reconfortar a las familias, también plantea riesgos, como la destrucción de la reputación de las personas o su uso indebido en la industria de la pornografía.

El consentimiento y los derechos de imagen también son temas candentes. Aunque la campaña de Volkswagen contó con la autorización de la hija de Elis Regina, el sociólogo destaca la necesidad de abordar los límites éticos y legales en el uso de la imagen de personas fallecidas.

El surgimiento de empresas como HereAfter AI, que permite crear avatares digitales a partir de recuerdos, plantea nuevas preguntas sobre la naturaleza de la "tecnología del duelo". Aunque algunos encuentran consuelo en interactuar con versiones digitales de seres queridos fallecidos, la investigadora Sara Suárez-Gonzalo subraya la importancia de considerar las obligaciones morales hacia los muertos y la posible manipulación de datos sensibles.

En última instancia, el uso de la inteligencia artificial para resucitar a los muertos plantea desafíos éticos y psicológicos que la sociedad aún no ha resuelto por completo. A medida que la tecnología avanza, la necesidad de establecer límites claros y abordar estas preocupaciones éticas se vuelve crucial para garantizar un uso responsable y respetuoso de la inteligencia artificial en el ámbito de la muerte y la memoria.